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Etapa 4: Hospital de Órbigo - Ponferrada

Domingo, 5 de Agosto de 2007

Etapa 4: Hospital de Orbigo – Ponferrada



Este fue el día que más madrugamos, aún así fuimos los últimos en salir del albergue. Lo último que hicimos fue calzarnos pues teníamos las zapatillas en la entrada. –Salimos sin desayunar con la intención de hacerlo en Astorga. Esta era una etapa muy importante y trascendente para nosotros, pues pasaríamos por lugares míticos que habíamos visto tantas veces en Internet.

Cuando salimos a la calle hacia frio, comenzamos pedaleando despacio, llegamos al cruce y giramos a la derecha, aquí comienza una recta ascendente en la que fuimos calentando sobre todo yo con el problema en el costado. Este tramo se torna en subidas y bajadas llevaderas, una última subida más fuerte que las anteriores nos obliga a bajar desarrollos, cuando llegamos arriba vemos el cartel de Astorga 6 kilómetros y enseguida comienza el descenso, bajábamos deprisa pero con cuidado, hecho un vistazo atrás para ver dónde va Mari y justo detrás de ella viene Alex, paramos en SAN JUSTO DE LA VEGA con intención de desayunar, pero al estar tan cerca Astorga decidimos mejor hacerlo allí.

Una corta recta, pasamos el río Tuerto, las vías del tren y entrabamos en ASTORGA, aquí confluyen dos calzadas de peregrinos, el Camino Francés y la Vía de la Plata. Seguimos las flechas, pasamos por delante del Albergue y seguimos dirección al Centro. Llegamos al impresionante Palacio de Gaudí donde nos hicimos unas fotos con Alex.
Justo al lado está la Catedral, es inmensa, estuvimos dentro viéndola, sellamos la credencial y como ya se nos acabo aprovechamos a coger una nueva credencial para seguir cogiendo sellos a lo largo del camino.


Desde aquí decidimos desayunar los tres juntos en la Cafetería Gaudí que está justo enfrente, el desayuno estuvo bien y las vistas al Palacio maravillosas.

Seguimos las flechas que nos conducen al “Albergue de San Javier de Astorga” donde pasamos Alex y yo a sellar. Continuamos el camino y bajamos de Astorga hacía VALDEVIEJAS pasamos este pueblo y comenzamos a subir el paso elevado para salvar la autopista, después de superarlo, pedaleamos por terreno llano y al fondo se divisan las primeras rampas, este tramo esta concurrido en cuanto a biciclinos, llegamos a un pueblo mítico para nosotros se trataba de MURIAS DE RICHIVALDO , aquí nos despedimos de Alex pues nosotros vamos más despacio, además paramos en todos los pueblos, a sellar, fotos, tomar coca-cola, Aquarius o descansar, aquí cogimos sello en un mesón especializado en cocido maragato. Una pequeña cuesta antes de esta parada, en la que Maria por error subió con el plato tres haciendo un desgaste innecesario, nos dio un aviso para que pusieramos el cambio adecuado, menos mal que se dio cuenta, aprobechamos la parada para llamar por telefono a mis amigos Juan y Quique.

Después con fuerzas renobadas comenzamos a pedalear, circulamos por una carreterilla sin apenas tráfico, pronto llegamos al siguiente pueblo, se trataba de CASTRILLO DE LOS POVAZARES, este pueblo es el ejemplo más represetativo de población maragata, declarado conjunto Historico- Artistico, con edificios de la epoca barroca del siglo XIX, sus casas, calles, iglesia, todo construido con piedras de la comarca, hacen que este pueblo sea especial.

Un señor del pueblo nos aconseja seguir por la carretera pues para la bici estaba muy mal, ademas el camino retorna a la carretera en tan solo dos kilometros. Al salir del pueblo la primera rampa nos espera, un kilometro y medio más y una flecha nos manda a la derecha, a partir de aquí la carretera zizaguea, ascendiendo llegamos a una encrucijada donde un vendedor de palos y conchas peregrinas espera la llegada de peregrinos, al igual que otros del camino salio en televisión, nos despedimos. El camino, con vallas hechas de piedra, nos lleva a SANTA CATALINA DE SOMOZA.

Mientras Maria se queda charlando con una peregrina, entro en la hospederia San Blas, para poner el sello. En las mesas del bar otros se toman algo frio y aprovechan para descalzarse, me despido, cojo la bici y a la mitad del pueblo paro y cojo otro sello en una casa rural ( el caminante), hacemos unas fotosy emprendemos el camino, al salir vemos unas montañas muy altas y es la direccion que llevamos, parece que es bajada pero si no pedaleamos la bici se para, lo que indica que seguimos subiendo, mientras subiamos conversabamos sobre lo hablado con el vendecdor de palos, él me preguntaba: ¿Cuántos peregrinos venían por detrás, decía que este mes estaba flojo al contrario que en Mayo que lo vendió todo.

Al fondo el cartel nos indica la cercania del famoso pueblo EL GANSO, por aquí los peregrinos hacen una fila unos detrás de otros, las flechas nos indican la derecha y enfrente el Meson Cowboy, estabamos muy contentos de estar en este pueblo tantas veces visto en nuestras visitas a Internet, entramos al meson a reponer fuerzas, sentados en una mesa larga con peregrinos y biciclinos nos comimos unos bocatas, Maria de chorizo y yo de tortilla con dos buenas coca-colas. Cuando salimos nos hicimos unas fotos, aquí selle y en el merendero “LA BARRACA”. Cogimos las bicis y fuimos a la fuente que está junto a la iglesia, había cola para coger el preciado líquido. Esta es la parroquia de Santiago, en su atrio se encuentra la capilla del “Cristo de los Peregrinos”, no pudimos verla pues estaba cerrada.

Con fuerzas renovadas emprendimos el camino, ¡como no¡ siempre ascendente. Este tramo sufre saturación de peregrinos, van por todos lados aunque la mayoría lo hacen por el camino pegado a la carretera. Paramos a descansar y la deportiva se pega al asfalto, la brea está recién echada y con el calor las cubiertas se pegan dificultando el avance. Nueva parada esta vez a beber agua, el calor es insoportable! menos mal! parece que el tramo de brea se acaba. Al acercarnos al pueblo vemos de espaldas a varias peregrinas, por los andares se me vino a la cabeza las francesas que vimos en Hontanas, pero digo, no puede ser, pues hicimos más de 150 kilómetros en dos días, cosa imposible para estas mujeres con los pies hechos polvo. Cuando llego a su altura, no doy crédito a mis ojos, efectivamente son ellas, las saludo y me reconocen. Entramos en RABANAL DEL CAMINO y paramos en el bar a tomar un aquarios y sellar. Mientras que nos tomamos la bebida en la calle, sentados a la sombra llegaron las francesas. Se sentaron a nuestro lado y nos comentaron que habían cogido el autocar en Castrogeriz hasta Astorga, ellas nos decían solo iban a hacer las etapas más emblemáticas del camino, nos despedimos de ellas no sin antes desearles ¡Buen Camino!
Como muchos pueblos a lo largo del camino, este se compone de una calle principal y casi única, en la que han ido creciendo albergues y bares a ambos lados. Por supuesto, como siempre ascendente, bastante ascendente. Mientras María subía lentamente me dediqué a coger sellos en los diversos albergues.


Según subía un chavalín del pueblo me dijo que mi mujer me estaba esperando al final de la calle. Sentimos tener que abandonar Rabanal, cuando planificamos el viaje lo habíamos previsto como final de etapa, nos hubiera encantado poder haber asistido a la Misa del Peregrino y haber vivido el ambiente tan especial que se respira en este pueblo. Pero nuestro adelanto sobre el recorrido previsto nos impidió hacerlo.

Salimos por el camino dirección Foncebadón, a unos trescientos metros el camino nos saca a la carretera por la que seguiremos durante 5.700 km en continua subida, a partir de aquí empezará nuestro pequeño sufrimiento.

Unos dos kilómetros más adelante paramos en una fuente para peregrinos a beber y rellenar nuestras garrafas. Me sorprendió que el camino hacía continuos cruces a la carretera, iba tan pronto a la derecha como a la izquierda y hacia cruzar la carretera continuamente a los peregrinos.
Casi todos los biciclinos que vimos circulaban por la carretera, lo hacíamos en fila, unos delante y otros detrás dependiendo de las fuerzas de cada uno. A medida que íbamos subiendo, el aire de cara se iba incrementando con lo que aún notábamos más el esfuerzo. En una rampa María tuvo que parar a descansar y me dijo que siguiera a mi paso, ella me seguiría a su ritmo, en estos casos era lo mejor para no cansarnos los dos. Cuando llegué al desvio de Foncebadón miré hacia atrás y allí al final de la cuesta estaba parada tomando fuerzas para hacer la última subida antes del pueblo; comenzó a pedalear y rebasó a otro biciclino que estaba más cansado aún que ella.

Aquí el aire es muy fuerte, no hay árboles ni nada que te proteja, las flechas nos mandan a la izquierda. Entramos juntos en FONCEBADON, pueblo semi abandonado que cuenta en la actualidad con dos alberges y dos bares, en la antigüedad contó con un Hospital de Peregrinos. Nos detenemos en la Cruz para hacer unas fotos, pasamos a sellar a La Taberna de Gaia y El albergue de Monte Irago. Decidimos quedarnos a comer, pues necesitábamos reponer fuerzas. Pasamos al “Restaurante Convento de Foncebadón”, en ese momento estaban retransmitiendo la Formula 1, preguntamos a otros peregrinos que la estaban viendo que como iba Alonso, nos dijeron que mal, ese día su compañero le había denunciado y le habían penalizado. Nos quedamos a verlo, esto le vino bien a María porque le hizo olvidar el miedo que tenía al camino que faltaba. La comida fue muy normalita pero el descanso nos vino muy bien.

Salimos del Restaurante con fuerzas renovadas que nos duraron hasta la primera rampa que nos hizo echar pie a tierra y ¡cómo no! a empujar la bici. Una curva a la izquierda nos hace pensar que es el fin de la subida pero aún se empina más. Por fin, en lo más alto nos montamos en las bicis y empezamos a descender suavemente en una carreterilla llena de curvas y al final de la bajada, allí está la mítica CRUZ DE FERRO.

Detenemos las bicis justo al lado, nos subimos a la gran montaña de piedras depositadas por los peregrinos y cumplimos con la tradición, pusimos las tres piedras que habíamos llevado desde Madrid, dos de ellas eran por nosotros y la otra era por nuestro primo Mario, que había sufrido un accidente unos meses antes y se había quedado parapléjico, impidiéndole volver a hacer el Camino esta vez pasando por aquí.

Es difícil describir lo que siente, te embarga una emoción extraña, contemplas aquel montón de piedras y piensas en cada uno de los peregrinos que han pasado por allí depositando una piedra o un recuerdo y te das cuenta que lo que tu dejas será contemplado por cada uno de los peregrinos que pasen después de ti y eso te hace sentir parte, una muy pequeña parte de la historia. La Cruz de Ferro (1504 metros de altitud)

Mientras que estábamos en lo alto del montón, un matrimonio que se había acercado allí en coche, se estaban haciendo fotos con nuestras bicis. Después de hacernos unas fotos decidimos marcharnos rápidamente porque la tormenta estaba cada vez más cerca.

Comienza el descenso y en pocos minutos llegamos al Albergue de Manjarin este refugio de peregrinos es lo único que queda en pie en MANJARIN ,el resto de casas están prácticamente desmoronadas, sin embargo no solo por eso es único, lo es porque cumple una función muy importante, ya que desde Foncebadón hasta El Acebo no hay nada excepto montañas, además de ser un lugar emblemático tanto por sus carteles con las distancias a ciudades del mundo, donde todos los peregrinos quieren tener una foto.
Cuentan que por la noche se viste de templario amenizando la cena, y contando historias a los peregrinos, además Tomás el hospitalero los días de niebla toca una campana para orientar a los peregrinos, nosotros para cumplir la tradición nos hicimos unas fotos y pasé al albergue a conocer al hospitalero, curiosear un poco y comprar un acuarios. Tomas se dirigió a María advirtiéndola de que teníamos que marcharnos ya pues una tormenta se acercaba con el consiguiente peligro, se despidió diciéndonos que tuviéramos mucho cuidado con las fuertes bajadas.

Nos montamos en las bicis y sin dar un solo pedal enseguida cogíamos mucha velocidad tanto que teníamos que ir frenando, de pronto en una curva a la derecha una rampa en cuesta nos sorprende y tenemos que echar pie a tierra, aquí se invierten los papeles, empujando las bicis de nuevo, llegamos al cruce de las antenas, tomamos a la izquierda donde un cartel indica (PELIGRO BICICLETAS BAJADA MUY PELIGROSA) por lo que María me dijo vamos despacio, teníamos que ir frenando todo el rato y aún asi las bicis se lanzaban, debido al peso de las alforjas. En una curva ciega, nos encontramos unas cabras en la carretera freno todo lo que puedo y recurro al sistema de los Picapiedra con las deportivas por el asfalto, pasamos este susto y cada curva ciega nos mosquea.

Llegamos al pueblo EL ACEBO en la entrada paramos en la fuente de la trucha, no para coger agua sino para echar a las ruedas pues la parte de las zapatas esta súper caliente pongo el dedo y casi se queda pegado, la bajada no deja enfriar los frenos, bajamos la calle despacio viendo sus casas típicas, con las escaleras por fuera de las casas y estas con sus tejados de pizarras negras nos indican que estamos en la comarca del bierzo, sello en el bar lleno de peregrinos y a la salida del pueblo nos paramos a ver el monumento a un biciclino alemán que murió aquí.

Llegamos al cruce, la carretera de la izquierda conduce HERRERIA DE y en lo que saco la cámara ya no está, en el siguiente tramo logro sacar fotos robadas para inmortalizar esta carretera, con María y su bici peregrina, seguimos bajando, antes de entrar en el pueblo paramos en el Santuario de las Angustias, está cerrado pero la fuente que tiene reúne a los peregrinos a refrescarse, nosotros llenamos las garrafas.

Unos metros más abajo MOLINASECA, las flechas a la izquierda nos meten en el Puente Romano sobre el rio Meruelo, desde el puente vemos las piscinas naturales donde los bañistas disfrutan de sus aguas, como me hubiese gustado haber llegado al mediodía para disponer de más tiempo y disfrutar tanto del rio como de sus calles con tiendas típicas de los productos de estas tierras. Hicimos unas fotos y de nuevo a pedalear hasta llegar al puente de la carretera el cual tiene la barandilla de protección con las conchas en oro, desde aquí hay una foto perfecta en la que cojo el puente romano y su entorno, antes de salir vemos al matrimonio que estaba en la Cruz de Ferro, nos desean buen camino. Unos metros más abajo paro en dos albergues, la casa del reloj y las dos torres, a continuación en el municipal y un poco más abajo las conchas nos llevan al albergue Santa Marina, sello y el señor me dice que no entre por CAMPO pues nos hace dar mucha vuelta.


Salgo y María está bastante cansada, comenzamos a pedalear y a nuestra derecha dejamos la fábrica de embutidos y al fondo comienza una cuesta que con las piernas frías nos cuesta mucho, incluso tenemos que bajarnos, pasamos esta cuesta y me doy cuenta que las fuerzas nos están abandonando, un poco más adelante entramos en las calles de PONFERRADA, donde una señora nos manda al Albergue El Carmen.

Llegamos al albergue y nos dicen que está completo, me pareció lamentable que en Ponferrada no hubiera más albergues, pero todavía más el hecho de que delante del albergue donde hay una gran explanada para aparcar coches, esta estuviese llena de vehículos y en algunos de ellos había gente cambiando su ropa normal de calle por ropa de peregrinos, estos son caraduras que quieren hacer turismo barato y sobre todo muchos coches de apoyo, cuyos conductores ocupan la plaza de peregrinos o biciclinos que llevan muchos kilómetros a las espaldas con el consiguiente cansancio, como era nuestro caso.

Nos sentamos en un banco para decidir que íbamos a hacer, se nos acercaron los chicos de las bicis de Hospital de Órbigo con los que estuve hablando el día anterior. Ellos nos dijeron que habían llegado media hora antes de nosotros y que tampoco tenían cama y que se iban a quedar a dormir en el jardín, encima de la hierba. Nosotros no podíamos hacer eso, pues tal y como tenía mi espalda con la lumbalgia, el dormir al raso esa noche que además amenazaba tormenta hubiera sido lo peor que podía hacer. Les pregunté a los chavales que les habían parecido la etapa de La Cruz de Ferro, me dijeron que desde Foncebadón a la cruz muy dura, pero que luego bajaron a toda leche hasta llegar a Molinaseca donde pararon a comer y se estuvieron bañando en las piscinas naturales.

Nos despedimos y nos fuimos a la Oficina de Turismo donde una chica muy amable nos dio los teléfonos de los hostales y hoteles de la ciudad. Llamamos por teléfono a varios hostales donde algunos ya estaban completos y por fin al otro lado de Ponferrada encontramos habitación en el Hostal San Miguel. Sellamos en la Oficina de Turismo y desde allí nos indicaron como llegar al hostal. Cogimos la carretera, pasamos por delante del Castillo y cruzamos el rio Sil, seguimos hasta una glorieta y giramos a la derecha, enseguida llegamos al Hostal. La primera impresión no fue muy buena, un bar normalito, pero cuando hablamos con el dueño nos dijo que el hostal lo tenía en el edificio de enfrente, manda a un empleado que nos enseñe donde dejar las bicicletas, se trataba del almacén del bar, lleno de botellas de alcohol. Poco después nos llevo a la habitación, esta dispone de dos camas una grande y muy buena y la otra normalita, tv, baño, aire acondicionado.

Mientras María descansa en la cama su maltrecho cuerpo yo me doy una ducha caliente con un chorro de agua que me recordaba a la de RIAÑO después de hacer la Ruta del Cares, luego se ducho María y salimos como nuevos. Nos fuimos a dar un paseo por esta bonita ciudad, paramos en el puente donde las vistas del castillo son espectaculares y más tarde en la plaza. Paseamos por el casco antiguo, llego la hora de la cena y nos metimos en una pulpeira, cenamos muy bien, después en la plaza nos sentamos en una terraza heladería los jijonencos, donde nos tomamos unos helados tan a gusto viendo los puestos de cosas típicas y artesanas.

Después de esto nos fuimos al hostal y ya en la habitación comentamos la etapa del día y comenzamos a mirar la de mañana, yo miro los kilómetros de pueblo a pueblo así como los albergues mientras que María mira el cuadrante de desniveles que desde que nos lo dieron en Villadangos la tiene obsesionada y es que mañana será la prueba de fuego, por no llamarla O.Cebreiro.

Resumiendo el día, etapa dura al principio y descansada después aunque las piernas cada día están más flojas, a María le ocurre lo mismo y cuando nos enfriamos, por las noches no dormimos por las molestias en las piernas, Réflex por todos lados y a dormir.



Resumen de etapa:


HOSPITAL DE ORBIGO – VILLARES DE ORBIGO – SANTIBAÑEZ DE VALDEIGLESIAS – SAN JUSTO DE LA VEGA – ASTORGA – VALDEVIEJAS – MURIAS DE RICHIVALDO – CASTRILLO DE POLVAZARES – SANTA CATALINA DE SOMOZA – EL GANSO – RABANAL DEL CAMINO - FONCEBADÓN – CRUZ DE FERRO – MANJARIN – EL ACEBO – RIEGO DE AMBROS – MOLINASECA – CAMPO – PONFERRADA.






Km. Totales 297,76
Km. Día 72.12
Velocidad máx. 42,60
Velocidad media 11,05
Tiempo total 6,16h.



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